- No sé que me pasó, lo maté, maté a Waldo – dijo el hombre mientras sudaba frío y le temblaban las piernas.
- Vos estás loco, fraticida, infeliz! – retrucó su mujer, sin entender cómo su marido había matado a su hermano mayor.
Y le disparó a ella también. Primero a una pierna, luego a la otra y cuando se encontraba de rodillas, desangrándose, recibió otro disparo en la cabeza, de aquel hombre que había jurado cuidarla, amarla y respetarla hasta que la muerte, o su propia locura, los separara.
Presuroso, Carlitos Way decidió esconder el cadáver de su mujer, Berta, en el sótano de esa vieja casa de techo alpino en Sugus, una vieja ciudad del sur de Luxemburgo. Una vez que hubo metido el cuerpo en un baúl (el mismo lugar dónde minutos antes, mientras su mujer hacía las compras en “Cotolengo”, había escondido los restos de su hermano), Carlitos se dispuso a tomar un baño; a pesar de que no tenía manchas de sangre, había sudado mucho limpiando el desastre que los sesos de su “amada” habían dejado en la cocina y además, los nervios eran atenuantes de esa transpiración.
Mientras se bañaba, Carlitos parecía indolente, como si nada hubiese ocurrido, como si no hubiese matado a su mujer y a su hermano unos minutos atrás.
“I want to break free...”, se escuchaba una pésima imitación de Freddy Mercury. Era él, el asesino, que cantaba en la ducha.
Salió. Se vistió, se tomó una garompa y se fue al casino a jugar unas fichas. Encendió un “Parucho” con sus cerillos y dijo: “Hoy salta la banca”, hay que ver que fue lo que ocurrió unas horas después.
- Negro el 8!- dijo el croupier del casino y empezó a juntar las fichas para pagarle a Carlitos, que había reventado el número de Riverito.
- Esta es para vos, campeón!- dijo mientras le arrojaba al empleado del establecimiento una ficha de 20 pesos; el 8 le había dado 1200.
- Colorado el 36!- gritó el croupier.
- Que cagada- acompañó Charly.
Fueron pasando las bolillas y el caudal de dinero de nuestro querido asesino se fue reduciendo, al punto que llegó a perder todo lo que tenía. 22 mil pesos perdió Carlos esa noche, noche fría, nevada, negra y manchada con sangre.
Salió. Se subió al Dodge (lo único que le quedaba. Su casa tenía una hipoteca y lo que quedaba de su familia... bueno, ya saben), puso primera y arrancó.
Llegó a su casa, colérico estaba Carlos, “¡no puede ser!”, gritaba una y otra vez. Entró por la puerta de la cocina, fue al sótano, agarró la nueve milímetros, abrió el baúl donde estaban los cuerpos y de repente...
... quedó pasmado. Su mujer, Berta, a la que él mismo había matado, lo miró desde el cubículo y le dijo: “¿Qué pasó Charly? ¿Perdiste todo? ¡No pasa nada mi amor, vení, vení que acá está Freddy también! Dale que está cantando "Under Pressure" .
Se disparó y cayó al baúl.
4 comentarios:
cuento al estilo poe lo tuyo, le va a gustar a sergis pet shop jajaja q capo
Me encantó lo que escribiste, lo mío fue una truchada escrita 20 minutos antes de entrar
Bueno ya no escribo más, 2 comentarios es suficiente..
Besos!!
Cynthia
fede estas perdiendo dinero , vieja tienes mucho talento, como quisiera escribir haci, bueno lo mios son los numeros por algo estudio ingieneria ejejej. bueno vieja q te vaya lo mejor mux surte te lo deseo de corazon . estare esperando las vacaciones para q nos juntemos porfin y agamos nuestras las montañas nevadas del chapelco .
Crlos....
fede, no sabia q escribias... me pone muy contenta q me haya llegado esta direccion y poder leer algo tuyo!
no llegue a leer todo, y lo de futbol ni lo intente tampoco, jejeje! pero este cuento lo lei y me gusto mucho!!
espero q estes bien!
besotes
estefi (matokim, jjaajajajajajjajja, solo para q sepas quien soy!!!!!)
FEDE!!
ALUCINANTE TU CUENTITO! DESDE QUE ERA CHICA Y LEIA A E.A. POE QUE NO DISFRUTABA TANTO! HAY MAS?....
BESOS,
VIRGINIA, LA PRIMA POLITICA
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