Hoy fui a comer a lo de un amigo, y en una de esas charlas que solemos tener en la mesa, una de las frases que soltó su viejo, un gran tipo, fue la ya conocida: "... a las palabras se las lleva el viento...".
Cuánta razón. Como diría otro tira frases: "No lo diga, escríbalo", verdad también.
Uno, cuando conoce a una persona de palabra, de esas que respetan lo que dicen, lo que prometen, caballeros, gente honrada que cumple con su palabra en el sentido más literal de la frase.
La gran paradoja que se presentó en mi cabeza fue la siguiente: una persona se alegra cuando conoce, o habla de, o tiene allegado, a un hombre/mujer de palabra.
Entonces, he aquí mi gran duda. ¿Debería ser así? Tan extraño, tan poco común encontrar gente de palabra, honrada. ¿Tanto deberíamos alegrarnos por eso? ¿Con tanta "admiración" o encanto tendríamos que referirnos a un ser de tales características?
No es rasgo de la contemporaneidad, aunque si es notorio, que día a día, la cuestión empeora. Pero desde hace siglos que es así. La gente de palabra es la menos. Y hay dos tipos de grupos admiradores. El sincero y el hipócrita.
El sincero es el par, el semejante, una persona que comparte esas características y se comporta y/o afronta la vida de manera honorable. Por otra parte, en una vereda completamente opuesta y aborrecible, los hipócritas.
Describamos a este grupo. Masa de personas prescindibles para la humanidad que lo único que desean es pisotear cabezas ajenas para así obtener beneficios únicamente propios y egoístas. O también podríamos decir: seres detestables que mienten, engañan y blasfeman.
El mundo sería mejor si hubiese más gente de palabra, de eso estoy seguro. Ojalá, algún día, a la palabras se las deje de llevar el viento.
Que lástima.
Cuánta razón. Como diría otro tira frases: "No lo diga, escríbalo", verdad también.
Uno, cuando conoce a una persona de palabra, de esas que respetan lo que dicen, lo que prometen, caballeros, gente honrada que cumple con su palabra en el sentido más literal de la frase.
La gran paradoja que se presentó en mi cabeza fue la siguiente: una persona se alegra cuando conoce, o habla de, o tiene allegado, a un hombre/mujer de palabra.
Entonces, he aquí mi gran duda. ¿Debería ser así? Tan extraño, tan poco común encontrar gente de palabra, honrada. ¿Tanto deberíamos alegrarnos por eso? ¿Con tanta "admiración" o encanto tendríamos que referirnos a un ser de tales características?
No es rasgo de la contemporaneidad, aunque si es notorio, que día a día, la cuestión empeora. Pero desde hace siglos que es así. La gente de palabra es la menos. Y hay dos tipos de grupos admiradores. El sincero y el hipócrita.
El sincero es el par, el semejante, una persona que comparte esas características y se comporta y/o afronta la vida de manera honorable. Por otra parte, en una vereda completamente opuesta y aborrecible, los hipócritas.
Describamos a este grupo. Masa de personas prescindibles para la humanidad que lo único que desean es pisotear cabezas ajenas para así obtener beneficios únicamente propios y egoístas. O también podríamos decir: seres detestables que mienten, engañan y blasfeman.
El mundo sería mejor si hubiese más gente de palabra, de eso estoy seguro. Ojalá, algún día, a la palabras se las deje de llevar el viento.
Que lástima.
15 comentarios:
A veces hasta las palabras escritas se las lleva el viento. Y son más dolorosas porque a pesar de eso, las tenés guardadas en tu cajón. Y se las llevó viento también.
Si el viento fuera un justo juez, debería llevarse volando mi escritorio entero. O mejor, hacerle volar las lapiceras de las manos a quienes no comprenden el sentido de escribir, y evitar dolores. Que escriben con la cabeza y no con el corazón.
Si el viento fuera un rey justo, no le permitiría herramientas de expresión a aquellas personas que no hablen desde la persuación. Convencidos con ayuda del corazón.
Gracias por el texto fede. Te abre un poquito más la cabeza.
somos pares que agarran fuerte, para que el viento no se lleve nada.. de nada.
Muy bueno tukito, cada dia me sorprendes mas.
nahue
a veces es mejor qeu al as palabras feas se las lleve el viento, para que solo queden las que realmente importan.
Pd: gracias por el link y su descripción.
Besos
yas
Às vezes acho que falo para ninguém
e vou abaixando a voz que mesmo quem estiver por perto
seria incapaz de decifrar meus murmúrios
são todos repletos de lamúrias,
daquilo que fui e não sou mais,
daquilo que queria ser e esqueci como se faz,
de tudo que fiz que hoje contando parece
que foi outra pessoa, não sou eu.
Essa, não sou eu.
Me olho no espelho e não me vejo
Tem hora que não quero olhar no espelho
o espelho olha para mim e eu abaixo a cabeça
Alguém disse hoje que sofremos porque queremos
que não é Deus que nos castiga, somos nossos mais
cruéis feitores, carrascos e senhor de escravos...
Não há nada que se compare com a consciência
com a não-ciência do seu Eu...
Perde-se em palavras que voam ao vento...
leves mas, chegam sempre ao mesmo lugar
em seu Eu, eu, você mesma e na sua compreensão
do que se passa, o ter consciência de si
é por vezes mais difícil do que olhar alguém nos olhos
e dizer o que pensa sobre aquela pessoa.
Enfrentar-se é tão ou mais cruel do que ficar no isolamento
da mente, que olha o nada e parada não vê, mesmo que
tenha a mais deslumbrante das paisagens e a Natureza se mostre
com exuberância, e os eventos do nascer e pôr-do-sol tão
fascinantes quanto os ventos, a chuva, os raios e trovões,
a névoa ou a claridade e diversos tons de azul esverdeado, ou verde azulado do mar
a sombra das nuvens ou a consistência delas atrás das montanhas...
Ventos levam minhas palavras, que caladas sussurram em mim
saudade...saudade...saudade...
Ainda acredito que existem pessoas de palavras ditas ou escritas...a vida perderia o sentido se nao acreditarmos...
A tus palabras nunca se las llevará el viento.
te admira.
Melu
...las palabras no importa si se las lleva el viento, la brisa o el diluvio..entre honestos sobran...los pensamientos, gestos y miradas hacen su esencia...las enseñanzas de estos personajes se susurran en los labios de los demas mortales,pero quienes apreciamos su sabiduría aprendemos de los hechos...
a las palabas no se las lleva nadie. de eso estate seguro.
gracias por el linkete papete.
me mataaaaaaaaaaaaaa.
aneta.
Afortunadamente la vida nos da la chance de elegir las palabras que van a recibir nuestros oidos y a llegar a nuestro corazón. Las palabras de la gente que te quiere nunca van a volar con el viento, y son los emisores a los cuales tenes que escuchar, en el sentido amplio de la palabra.
Lo demás sí dejalo volar, para que el viento haga su suerte.
P.D Muy buen feo, sos groso.
es verdad...las palabras se las lleva el viento...pero...somos muchos y todavía hay gente de palabra, honesta, en la que se puede confiar, GENTE.
Tengamos una mirada optimista y que nos sorprendan los hipócritas, los que no tiene palabra, aunque luego nos sentimos como tontos...
TAMI
el pasado ya no existe , el futuro es incierto pero el presente es un regalo por eso se le llama presente.
wk
hoy mis palabras...van a ser un tanto mal escritas... digamos que me falta una letra del teclado, asique espero no prescindir de ella!
Por suerte me mandas el mail avisando de lo nuevo que subiste al blog, sino ni me acordaria que existe...
Es lindo leerte Fede, ver cuantas cosas interesantes salen de esa pensante cabeza... Y otra ves...si me falta la seta... concuerdo con vos, lamentablemente la gente de palabra se cuenta con los dedos de una mano.. Incluso creo que es muy dificil considerarse a uno mismo un hombre de palabra, sobre todo cuando al mirar atras ves a cuanta gente le fallaste...uh! pego lo melancolico...
bueno, para que esta vez opa! volvio la zeta!! para que esta vez no se vuelen quiero recordarte que te llevo aca bien adentro del corazon y que de vez en cuando me pongo a pensar en las noches de oldest y en el viaje al sur, que se yo, sos un gran tipo hermano...
nos vemos
nico
Palabras apenas
Palabras pequenas
Palabras, momento
Palabras, palabras
Palabras, palabras
Palabras al viento
D/B/
Me has dejado sin palabras. Estas no se las ha llevado el viento, se las ha llevado tu aliento que profesa aquellas palabras que han secuestrado las mias.
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