viernes, 14 de septiembre de 2007

Pobre vieja (Capítulo II)

No podía creerlo, me había encantado Camila. En los 10 años que había vivido ahí había tenido unos filitos. Paula, la cajera del súper, Ana, la amiga de la hermana de Pablo, mi mejor y único amigo, pero con ninguna de ellas, ni con otras que pasaron momentáneamente por el pueblo, la cosa había pasado a mayores; pero con Cami sentí algo loco, las mariposas esas de las que todos hablan, eso.

Prendí el hogar, descorché un sanjuanino y me senté a leer el diario. No podía, todo me llevaba a pensar en ella, me fascinaba, miraba el teléfono y la puerta esperando que cayera, que se despertara de la siesta re lúcida y que me dijera de ir a comer.

Cami había ido al pueblo a intentar laburar, y Pablo, mi amigo, tenía un bar en el que se podía hacer unos mangos, la gente ahí dejaba buena propina y las camareras vivían relativamente bien. Luego, vería si podía conseguirle algo ahí.

Intentaba concentrarme en el suplemento espectáculos, cosa que parecía imposible por varios motivos. Uno el que ya se imaginan, y además porque las críticas y las películas eran

malísimas, todo chato, tenía ganas de llamar al diario y decir: “Hermano, pónganse las pilas”. Estaba leyendo Clarín, yo escribía y aún lo hago, para diarios de toda América latina, pero no de acá, no me interesa.
Bueno, mientras intentaba concentrarme, ya eran tipo las 9 de la noche, veo por la ventana que sale ella del hostel y encara para casa. La sonrisa que se me dibujo en la jeta, no se dan una idea. Me empezó a latir fuerte el corazón, pensé que se iba a espantar del ruido.
Me dije, puta madre, ¿qué hago? Todo en un segundo, ¿la invito a comer afuera? No me bañe! Que pelotudo! ¿qué hago?
Tocó la puerta.

Me tranquilicé. Voy!-grite con sutileza.
-Hola Matías- sonreía, que hija de puta, esa sonrisa, parecía a propósito, pero no, era así, angelical.
-Hola Cami, vení pasá- le dije- Disculpá que esté así, me colgué leyendo. ¿No me bancas que me pego una ducha?-mentira, leyendo un carajo, me colgué pensando en ella.
-Si-respondió con timidez.
-Sentáte, tranquila, como en tu casa, ahí tenés el equipo y los cd´s, poné lo que quieras que ya vengo. ¿Vino, tomás?- pregunté con amabilidad, tratando de no insinuar mucho.
-¿Tinto?- contestó con la misma timidez.

-Si-le dije.
-Dale, gracias- dijo. Encima toma vino tinto pensé, esta mina me da vuelta me dije a mi mismo.

La dejé con la copa, puso The Police, una de mis bandas preferidas y me fui a bañar. Fui breve, pero limpio, siempre. Me empilché un poquito, ella tenía un vestido blanco hermoso, con volados. Era diciembre, hacía calor, daba para eso y daba para que yo me ponga una camisa y unas bermudas. No quería ser más que ella, pero tampoco quería ser un croto, fui bien, un poco de blanco, algo verde, colores veraniegos. Bajé -mi casa no era muy grande, pero tenía dos plantas. Abajo cocina, living y toillete, y arriba habitación con baño en suite y un balconcito perfecto- y ella estaba cantando arriba del tema. Que voz que tenía, por dios, eso me hizo quererla aún más.
-Que voz que tenés-le dije sorprendido.
Se dio vuelta, me miró desde el sillón, se sonrojó y contestó: “Gracias, que vergüenza”


-¿Vergüenza?-pregunté pasmado y sonriente- ¿Vos estás loca? Es lo tuyo, definitivamente-agregué.
-Ojalá, me gustaría dedicarme a eso-contestó.

Le dije de ir a cenar a un lugar que frecuentaba yo cerca del Cerro Fal y me dijo que hagamos como a mi me pareciera. Salimos, subimos al Jeep y emprendimos el camino.
Durante la cena hablamos de todo un poco, de mis planes, de los suyos, de la vida, de música, de todas las cosas que uno habla con una mina cuando recién la conoce. Nos cagamos de risa. Le dije que al otro día le podía averiguar lo del laburo en lo de Pablo, le conté que tenía un bar y toda la historia y me dijo que era perfecto para poder asentarse, estaba súper agradecida.
La charla siguió, me contó de su vida en Córdoba. Me dijo que era huérfana y que vivía con su hermano, pero que se había cansado de su provincia y que quería empezar de nuevo. Terminamos de comer, tomamos un café y seguimos charlando, largo y tendido.
Cuando miré el reloj eran las 2 de la matina. Al otro día tenía que ir temprano a mandar unos informes para un diario ecuatoriano, los tenía que mandar por correo certificado (los ecuatorianos siempre rompían las bolas con la confidencialidad de sus notas, pero pagaban bien). Le

expliqué y me dijo que ella estaba cansada, pero que la había pasado bárbaro y que le sorprendía que yo fuese tan buena onda. Pagué y nos fuimos.

La dejé en el hostel y le dije que al otro día cuando terminase con el tema de los informes la pasaba a buscar y le mostraba el pueblo. También le dije que si quería le podía presentar a Pablo para ver que onda, yo estaba seguro que Pablito la iba a tomar. Hace unos años le lleve a una camarera que hoy es la encargada, siempre me agradeció por eso.

Cuando nos despedimos, beso en la mejilla. Había decidido hacer laburo fino, total la iba a ver todos los días.
-Mil gracias, Mati-dijo, y siguió- La verdad que no podía haber arrancado mejor mi estadía acá.

Saltando en una pata recorrí los 20 metros hasta la puerta de casa. No lo podía creer. La había conocido hace un par de horas, pero les juro que me partía la cabeza, me estaba enamorando. Había mucha onda, se sentía en el aire.

Unos minutos después, lo llamé a Pablo al bar. No quise esperar. Le conté toda la historieta, que había conocido a

Cami, que pum que pam, que me partía el cráneo y toda la bola y me dijo que la llevara al otro día, miércoles a la tarde, así la conocía.

8 comentarios:

maure dijo...

Sigo man, está atrapante la historia. Espero un buen desenlace, algo fatal, algo misterioso. Espero cualquier cosa, me cabe la onda.
Abrazo
www.enganchate.blogspot.com

Anónimo dijo...

esta historia veridica esta muy contada "a lo federico" jajajaja
esta muy buena, veremos cuando entendemos el titulo =P
escribis muy buenas historias y espero q sigas asi y q no seas como este pibe q firmo aca arriba q empieza la re historia y nunca la termina (si mauro hacete cargo jajaja)
besos!!

Unknown dijo...

que romantico resultó ser el chico,
mira vos....
bueno Fede, el grillo tiene razón, te dan ganas de seguir leyendo
seguñi asi
besitos

Anónimo dijo...

sabia que eras misterioso, pero igualmente me seguis sorprendiendo. Segui asi pendejin!!

Anónimo dijo...

Muy buena la novelita!
La estoy siguiendo
Saludos!

Anónimo dijo...

nene me mataste, me rompo la cabeza tratando de desifrar lo indesifrable, ya quiero un poco mas de la vieja, se te extraña en el bar, algunos mas que otros, saludos. Pocho

Anónimo dijo...

AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA....Me parece bien lo del trabajo fino, pero yo hubiese dormido con Cami. Piensen: mati va a la mañana siguiente, después de haber tramitado los papeluchos de los ecuatorianos que pagan bien, al hostal a buscar a su enamorada. Y resulta que no existe nadie registrado con ese nombre. Y resulta que era un fantasma. Y Mati no sólo se queda con las ganas, sino que pira y acto seguido, lo internan en uno de esos lugares en donde suelen internar a los que ven cosas que no existen.
Yo, me hubiese estrellado esa noche con ella.

Buena Elkan........pero quiero acción pronto! los viejos tenemos menos paciencia. Ja.
Beso.
AnaC° Chile.

pichon dijo...

Tuki la verdad estoy 100% sorprendido de como escribis.
la historia es muy buena, yo no se nada de literatura pero a nivel consumidor final te felicito.